A LA VISTA: el Brut Réserve luce un profundo color dorado. Una efervescencia na, orquestada y persistente,
gracias a una maduración lenta y prolongada en las canteras de tiza.
AL OLFATO: el 40 % de vinos de reserva le aporta un aroma complejo, elegante y goloso: brioche recién salido del
horno, notas de torrefactos y frutas maduras bañadas por el sol –mango, albaricoque, ciruela mirabel–, así como de frutos secos, pistachos y almendras.
AL GUSTO: la textura evoca el crujir de una capa na de guirlache sobre una crema fundente con frutas carnosas,
ciruelas damascenas y cerezas. La untuosidad corre a cargo de la selección de vinos de reserva. El final deja entrever notas de ámbar y vainilla, con un toque de praliné.
UNA MADURACIÓN EXCEPCIONAL.
El jefe de bodega añade un principio imprescindible al estilo Charles: el tiempo, su «cuarta variedad».
COMPLEJO, PROFUNDO Y GENEROSO, el Brut Réserve Charles Heidsieck se ha tomado su tiempo y se
nota. Las singulares y milenarias canteras de tiza que Charles Heidsieck adquirió en 1867 han inspirado la silueta
de la botella. Su forma única aumenta el volumen de vino en contacto con las lías y contribuye al desarrollo de su
complejidad y riqueza aromática.
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