Uva: 100 % Albariño. Proceden del pago más alto de Gerardo. Esa mayor altura produce mayor diferencia de temperatura día/noche, y por tanto, mayor acidez. Es el vino más ácido de los que elabora Gerardo.
– Vista. Amarillo verdoso, limpio y brillante. Capa media. Buena lágrima. Sin posos.
– Nariz. Intensa y compleja. Predominan las notas de fruta fresca (melocotón, melón, manzana verde, cítricos) y el mineral. Además, notas de heno recién cortado. Algo salino.
– Boca. Cambia respecto a lo que anuncia la nariz. Intenso y complejo. Poderoso. Lo primero que me sorprende es su paso de boca graso, que tanto se echa en falta en los vinos de Rías Baixas. Me resulta un pelín alcohólico, pero eso no desentona en el conjunto, que es muy equilibrado: fruta (de calidad) y mineral, muy ténues. La acidez muy en su punto, muy agradable. Largo.
– En conjunto. Un gran vino muy varietal, de terroir, distinto a sus dos hermanos Do Ferreiro. ¿Qué lo distingue? Pues una mayor acidez, muy grata: nada de excesos de ácido málico. Además es como más apretado y afilado. Me recuerda cosas de los buenos Rieslings trocken (secos) de verdad, alemanes y austriacos.
Aconsejo jarrearlo y tomarlo en copa de tinto (para que se siga aireando).
Un vino para tomar ya (maridó muy bien con marisco gallego: centolla y percebes), y para guardar varios años (entonces, maridará mejor con pescado).
Valoraciones
No hay valoraciones aún.